El latir de dos cuerpos en un mismo momento
El instante en que se juntan unos labios y se beben a morro
El abarcar todo nuestro mundo
El tragarse toda la vida de un chorro
Todo tú, me quemas
Me abrasa tu cuello, tus hombros, tu piel
Mi cuerpo se ahoga por las sombras del tuyo
Me gusta, me siento bien en él
He elegido quebrarme
Apoyarme en tu sonrisa
Quiero adentrame
Lentamente, sin prisa
¿ Hacia dónde ?
Hacia ti
¿ Con quién ?
Contigo
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Si tuviera que destacar algo señalaría el primer verso y la penúltima estrofa; pero todo el poema es muy atractivo. Tiene mucha fuerza.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias Rafael. El poema cobra ritmo pianístico ; entre las blancas y las negras, susurra la voz de un cyberamigo que lo musicalizó. Si me acuerdo, y descubro cómo funciona, intentaré añadirlo a los versos.
ResponderEliminarSaludos
Sigue escribiendo, Eva.
ResponderEliminarEn ello estamos.
ResponderEliminarGracias por pasarte, me miro lo del link